El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos anunció nuevas directivas que buscan controlar el ingreso de migrantes a través de la frontera sur.
Las medidas otorgaron mayor autonomía a las fuerzas del orden para actuar en áreas anteriormente restringidas, como escuelas e iglesias, con el objetivo de reforzar la seguridad en el país.
Benjamine Huffman, secretaria interina del DHS, informó que estas directrices revierten las políticas implementadas por la administración anterior. Una de las principales modificaciones elimina las restricciones que impedían la actuación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en zonas consideradas “sensibles”. Ahora, las autoridades podrán arrestar a migrantes con antecedentes delictivos en estos lugares.
La segunda directiva ordena cambios en el programa de libertad condicional humanitaria, limitándolo a casos individuales y eliminando su aplicación masiva. Esta medida busca regresar al objetivo original del programa, que era evaluar cada solicitud de forma separada, en lugar de permitir la entrada masiva de migrantes.
El DHS afirmó que estas medidas son necesarias para abordar la situación en la frontera y mejorar el control de la inmigración irregular, protegiendo a la población estadounidense. Las nuevas políticas comenzarán a implementarse de inmediato.
