Juan Pablo, un niño de Ixil, Yucatán, ha decidido emprender su propio negocio de hojaldras artesanales para apoyar a su familia.
Sus hojaldras, rellenas de ingredientes como jamón, queso, elote, chorizo y jalapeño, son hechas con dedicación desde muy temprano, cada mañana. Luego de hornearlas, Juan Pablo sale a las calles a venderlas y también acepta pedidos para rebanadas individuales.
Este pequeño emprendedor demuestra un gran espíritu de trabajo y creatividad al combinar diferentes sabores en sus hojaldras.
Su esfuerzo no sólo le permite contribuir al sustento familiar, sino que también ha ganado el reconocimiento de su comunidad, que valora su iniciativa y la calidad de sus productos.