La mañana de ayer, el líder norcoreano, Kim Jong-un, lanzó una advertencia contundente al presentar un desfile militar, declarando: “El reloj está corriendo. Estamos al borde de la Tercera Guerra Mundial”. Este mensaje se interpreta como una posible alianza con Rusia, siguiendo los pasos de China.
El sábado pasado, Jong-un supervisó ejercicios militares junto a su hija, destacando la importancia de que el personal militar esté preparado para un conflicto bélico. Por otro lado, el Gobierno surcoreano sugiere que la elección de su hija como sucesora podría ser una posibilidad, dada la atención mediática que ha recibido y el título de “gran guía” que se le ha atribuido, reservado a los más altos dirigentes norcoreanos y a sus herederos.
Estos ejercicios responden a las maniobras militares conjuntas entre Corea del Sur y EE.UU., que tuvieron lugar recientemente y buscaban fortalecer las capacidades militares y de disuasión frente a la amenaza que representa Corea del Norte.