El A23, considerado el iceberg más grande del mundo, muestra signos evidentes de su desaparición a medida que la erosión esculpe cuevas y arcos en sus paredes heladas.
Un barco que se acercó a la masa de hielo A23a reveló la magnitud de las transformaciones, sugiriendo que podrían ser los últimos meses de su existencia.
El aire cálido y el agua de la superficie están contribuyendo al rápido derretimiento del iceberg, que se aleja gradualmente del “continente blanco”, como se conoce a la Antártida.
Este fenómeno pone de manifiesto los impactos visuales y evidentes del cambio climático en una de las regiones más remotas y frágiles de la Tierra.