En Londres, retomó su trono en el pop en el inicio de The Celebration Tour
Londres, a 15 de octubre de 2023.- Como si fuera casi un paseo por un museo en donde la historia está ahí, al alcance de la vista y, en este caso, del oído, Madonna arrancó su tan esperada gira mundial The Celebration Tour, con la cual la cantante hizo una fiesta para conmemorar sus cuatro décadas en los escenarios.
Desde su disco homónimo de 1983 hasta Madame X, de 2019, Madonna no sólo honró su propio legado, sino que también le hizo un homenaje a la cultura pop, de la cual ella es una de las máximas representantes, al empoderamiento femenino, a la rebeldía sexual y a la pasión de ser quien uno quiere ser.
El boleto indicaba que el primer show —de seis sold out— iniciaba a las 20:30 horas, sin embargo después de un retraso de 20 minutos que se le atribuyó a algunas fallas técnicas, la fiesta de la realeza de la música estaba por comenzar.
Cuarenta años en los escenarios y haber sido bautizada como la Reina del Pop, le da a Madonna la libertad de hacer lo que se le pegue la gana… en realidad siempre lo ha hecho, pero en esta ocasión, a sus 65 años, la cantante hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere.
No por nada en el tiempo de retraso ordenó a uno de sus cortesanos salir al escenario a darles una probadita de lo que sería el vestuario de la velada. Así, vestido al mejor estilo de Luis XV, Bob the Drag Queen hizo una introducción de lo que será la celebración, misma que comenzó con el hit de 1998, Nothing Really Matters, la cual no tocaba en vivo desde hace 24 años.
Ahí en un escenario circular central, rodeado por una pasarela que atravesaba entre el público, apareció Madonna ataviada con un traje negro y corona, como la reina que es, sentada en su trono recordándole a todos quién mandaba esa noche.
“Es bueno estar de vuelta, Londres”, lanzó la cantante que con un set de más de 30 canciones —de las cuales 28 tocó completas y otras más en medleys-, enloqueció a los presentes en el O2 Arena.
AGENCIAS