Pierden nuevamente el segundo juego.
Mérida, Yucatán, 30 de agosto del 2023.-Los melenudos batearon siete imparables, paupérrima ofensiva comparada con el ruido más alto que se haya escuchado en el Kukulcán, y perdieron 5-2 ante los Pericos de Puebla para ponerse en una situación más que incómoda en la Serie de Campeonato de la Zona Sur.
Si no sacan al menos dos victorias en su viaje al Parque Hermanos Serdán de Puebla, la temporada de los actuales monarcas de la Liga Mexicana pudo haber visto su último partido en casa en una temporada que fue inestable en los inicios, y está siendo igual en esta batalla por el banderín sureño.
Difícil panorama, pero no imposible. Atrás han quedado las épocas en que remontar 2-0 o incluso 3-0 era materia de casi nadie. Este año Puebla precisamente ya desperdició una ventaja de 3-0, pero sigue adelante gracias al concepto creado en la pelota mexicana de “mejor perdedor”. La atmósfera de la alta Angelópolis, paraíso para los bateadores, puede ayudar a las fiertas, pero sus lanzadores podrían vérselas negras en ese toma y daca que es casi seguro.
Si quieren hacer algo, tendrán que apelar a una ofensiva que ha estado escondida en esta serie. En dos partidos, han anotado solamente tres carreras y bateado 12 imparables. Lo apuntamos la víspera: imposible ganar así, por muy buen pitcheo que tengas en acción.
Y en pitcheo, los Pericos se están luciendo en serio. Primero con Gabriel Ynoa, y anoche con Yoimer Camacho. Aperturas grandes.
El derecho venezolano lanzó seis actos con cuatro hits, sin dar un solo pasaporte. A Roel Álvarez, primer relevista, le anotaron dos carreras, pero los dos siguientes apretaron, y también hicieron ver mal a las fieras.
En cambio, los Pericos salieron decididos a todo. Y desde el primer rollo dejaron el picotazo que definió todo. Muchos de los 13,658 aficionados registrados en el box score estaban apretujados en las colas para entrar al Kukulcán cuando el parque de pelota estaba viviendo lo inesperado: Henderson Álvarez zarandeado con cuatro carreras antes de sacar el tercer out. También apuntamos en la reseña previa que en el line up de los Pericos hay bateadores que pueden sacarla del estadio en cualquier parque. Danny Ortiz lo hizo: seco bambinazo de tres anotaciones, tras un doble de Chris Carter para remolcar la de la quiniela.
Los reyes de la selva no pudieron con el paquete. El cerrojo que puso Camacho a la jaula propició desconcierto, como lo causa el impresionante ruido del parque, con música a un volumen que rebasa los límites, aunque la Liga Mexicana dice que es el “encanto” que tiene este béisbol de la actualidad.
No sabemos si fueron doscientas o trescientas las veces que el anunciador haya arengado a los fanáticos a hacer ruido, gritándolo, mostrándolo en las pantallas y anuncios. Eso tal vez haya descontrolado también a los bateadores locales, o no sabemos, pero vea usted estas palabras: ruido, en su definición en la RAE, dice que es “sonido que molesta o incomoda a los seres humanos o que les produce, o tiene el efecto de producirles, un resultado psicológico y fisiológico adverso”. Hubo muchísimo más ruido que ofensiva anoche. Y más distractores que momentos para disfrutar béisbol.
Hoy es día de viaje. Los Leones, claro que pueden hacerlo, se van contra la pared, pero con la confianza de que, el de ayer, no fue el último partido de la temporada en el Kukulcán. Francisco Haro debe lanzar el jueves en el “Hermanos Serdán” buscando oxígeno puro entre montañas.
