Es un proyecto de mecenazgo, de largo recorrido, mediante el cual los fotógrafos realizan un trabajo artístico, siempre desde la más absoluta libertad, en torno a Asturias y sus gentes.
Ciudad de México, México, 9 de febrero del 2023.-La fundación española María Cristina Masaveu Peterson y el Centro Cultural Español en Miami (CCEMiami), inauguró la exposición de fotografía “Miradas de Asturias”, con obras de fotógrafos españoles galardonados con el Premio Nacional de Fotografía.
La iniciativa, en colaboración con Barry University Department of English and Foreign Languages y el Studio for Languages and Cultures, es un proyecto de mecenazgo, de largo recorrido, mediante el cual los fotógrafos realizan un trabajo artístico, siempre desde la más absoluta libertad, en torno a Asturias y sus gentes, dando lugar a un fondo de obra inédita que forma parte de la colección de arte de la fundación.
En la muestra, que estará situada en el exterior de Barry University, se recoge la reproducción, con el máximo respeto a la obra original, de una selección de más de veinte fotografías de cuatro fotógrafos que han participado en esta iniciativa: Alberto García-Alix, José Manuel Ballester, Ouka Leele y Chema Madoz, cuyos proyectos muestran la visión única y personal sobre esta región del norte de España.
En la exposición, Alberto García-Alix consigue con su obra “Patria querida” mostrar toda su capacidad para humanizar, a través de una visión única, rica y diversa, todo lo relacionado con la fotografía más personal e intimista y la naturaleza, parte fundamental de su obra, se manifiesta de forma salvaje y poliforme a través de una masa de grises y negros.
Los personajes portan en sus rostros todo el peso de un pueblo y las arquitecturas, desafiantes, trazan diagonales que cruzan el espacio, creando así una serie de líneas de tensión cargadas de pura emoción. Se trata de una mirada poética e intensa, un viaje interior entre la realidad y la alegoría, que adentra al espectador en una narración guiada por uno de los fotógrafos españoles más relevantes de los últimos cuarenta años.
José Manuel Ballester es pintor y fotógrafo, aunque, en realidad, se le puede encasillar como un artista que domina especialmente los espacios, los silencios y las experiencias reflexivas.
Entre los años 2010 y 2013, Ballester realizó más de cinco mil instantáneas en Asturias, iluminando todos sus rincones y lugares y las piezas, seleccionadas cuidadosamente para este proyecto, descubren espacios inhóspitos, activos, aislados o inacabados que atesoran poéticas tremendamente íntimas, mostrando, por tanto, una región donde la fuerza de la naturaleza se impone incluso en los espacios industriales.
A su vez, Ouka Leele, quien falleció el año pasado, fue una extraordinaria fotógrafa, pintora, poeta y directora de audiovisuales. Su mirada muestra su pequeño universo, en un intento de exorcizar el momento fugitivo, la luz incierta en el que se mezclan esos parajes y los seres que los pueblan. Todo un mundo lleno de hechizos e interrogantes, dominado por la fantasía y la imaginación.
Con su obra “A donde la luz me lleve”, la artista alza su voz para decir que hay algo tranquilizador y eterno en el mundo natural que nos rodea, y desde el lugar adecuado nos posiciona delante de esas enormes masas de niebla, o nos traslada a concentrarnos en umbrías profundidades llenas de formas irregulares y húmedas.
Por último, Chema Madoz realiza sus fotografías a partir de la manipulación de las imágenes y los objetos cotidianos para descubrir nuevos aspectos de sus capacidades simbólicas. Para realizar su obra, titulada “El viajero inmóvil”, tuvo que realizar el trayecto inverso al que ejerce habitualmente en su trabajo.
En esta ocasión, no son los objetos los que tienen la palabra, sino que es la propia idea de Asturias la que se convierte en el objeto a observar y de hecho se trata de viajar por la imaginación para descubrir los elementos conceptuales que conforman la idea de una Asturias de la mente.
Así, utilizando la capacidad de síntesis de la representación icónica nos acerca al paisaje, a la naturaleza salvaje y a sus habitantes por medio de la colisión de los sentidos y con ello consigue conectar la observación del pequeño territorio con sus representaciones poéticas que parten de la pura abstracción a lo concreto, utilizando para ello el sentido del humor.