En Yucatán, el 57.3% de la población económicamente activa trabaja en condiciones de informalidad, según el análisis del portal “México, ¿Cómo Vamos?”.
Este porcentaje supera la media nacional y refleja la precariedad laboral en el estado, donde la mayoría de los trabajadores carece de prestaciones sociales y protección legal.
Además, el 36.3% de los yucatecos enfrenta pobreza laboral, es decir, sus ingresos no alcanzan para cubrir una canasta básica alimentaria. Esta situación afecta especialmente a mujeres y jóvenes, quienes tienen mayor participación en la economía informal debido a la falta de empleos formales adecuados.
Aunque Yucatán registró un crecimiento económico del 3.5% en 2023, impulsado principalmente por el sector terciario, los beneficios de este avance no se reflejan en las condiciones laborales de gran parte de la población. Según el mismo análisis, persiste una desconexión entre el desarrollo económico y la calidad del empleo en el estado.
La tasa de ocupación formal en Yucatán es del 86.2%, pero los ingresos en este sector siguen siendo insuficientes para muchas familias, lo que perpetúa desigualdades económicas y sociales.
Autoridades y especialistas destacan la necesidad de fomentar políticas públicas que reduzcan la informalidad y mejoren las condiciones laborales.