Portugal movilizó más de 3,700 bomberos el martes para combatir incendios que en tres días destruyeron una superficie mayor que todos los incendios registrados durante el verano.
La situación se agravó, y el balance de fallecidos subió a siete, incluyendo a un trabajador forestal y a dos personas que murieron de crisis cardíacas.
Cerca de 50 focos activos están siendo combatidos con mil vehículos y una veintena de aviones y helicópteros.
España, Francia, Italia y Grecia han enviado apoyo aéreo. Los incendios, intensificados por altas temperaturas y fuertes vientos, han causado al menos 40 heridos y han puesto al país en “alerta máxima”.