Imagina celebrar este día relajado en una hamaca, con una bebida refrescante en la mano, un buen libro o simplemente revisando los mensajes de tu móvil. Las primeras hamacas, fabricadas en tierras caribeñas con filamentos de corteza de árbol, han evolucionado con el tiempo. Fueron reemplazadas por versiones de fibra de agave y, posteriormente, por tejidos de henequén, cáñamo, nylon, algodón o lino, que se utilizan en la actualidad.
El encanto de las hamacas yucatecas sigue siendo incomparable. La habilidad de tejerlas a mano con sólo una aguja y un bastidor es un arte transmitido de generación en generación, a menudo por padres o abuelos. Este oficio no sólo representa una tradición cultural, sino también un símbolo de la comodidad y el descanso en la región.
