Quintana Roo se encuentra entre las cuatro entidades con mayores números de extracción y comercio ilícito de vida silvestre.
Quintana Roo se encuentra entre las cuatro entidades con mayores números de extracción y comercio ilícito de vida silvestre, debido a la gran diversidad de la flora y fauna del Caribe mexicano.
La información de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales estima que cada año son extraídas más de 8 mil ejemplares que llegan hasta el mercado negro de la Ciudad de México o son exportados a países como China y los Estados Unidos.
A pesar de lo anterior, solo se han reportado 48 detenciones relacionadas con este delito de alto impacto en los últimos tres años. La razón de esta ineficacia para combatir este problema se debe a que los transportistas criminales cada vez tienen una mejor organización para pasar desapercibidos en los diferentes retenes carreteros, como usar vías alternas. Traslados en aviones privados y hasta el uso de túneles.
Las especies de fauna quinanarroense que más se comercializan son los pericos, guacamayas, tucanes, serpientes, mono aullador y mono araña, iguanas, víboras, ocelotes, venados y jaguares.
Pero también se identificaron especies marinas como las tortugas, cuyos huevos son tomados por cazadores furtivos en las costas de Mahahual y Tulum para ser vendidos al mercado Chino, que acapara casi toda la demanda, llegando a ofrecer hasta 2 mil 600 pesos por cada huevo de tortuga.
El Centro para la Diversidad Biológica, una Organización No Gubernamental con sede en Tucson, Estados Unidos, aseguró que animales como tucanes, monos, jaguares, entre otros capturados en las selvas de Quintana Roo, son ofrecidos abiertamente en Facebook, Instagram y TikTok, a pesar de estar protegidos por la legislación local.
«El tráfico de vida silvestre en México está fuera de control. Un sistema de gobierno laxo se ve abrumado por la magnitud del problema, con poca voluntad política para abordarlo«, dijo el Centro para la Diversidad Biológica en su informe, que incluyó operaciones encubiertas en redes sociales, visitas a mercados y entrevistas con funcionarios y expertos.
Puntualizaron que una de las razones por las que está creciendo cada vez más este problema en el sur de México se debe a que el presidente Andrés Manuel López Obrador eliminó en el 2020 al grupo especial dentro de la Procuraduría federal de Protección al Ambiente encargado de atacar el tráfico de especies a través de internet, como parte de su política de austeridad para ahorrar dinero.
«Los recortes presupuestales a la Profepa permiten que el problema siga creciendo en México», señaló el estudio «Vendidos sin piedad».