Los impostores operan en Morelos, Guerrero y el Estado de México.
Se trata de varios individuos que se hacen pasar por sacerdotes para poder cobrar cinco mil pesos por misa, en la Ciudad de México.
Los impostores operan en Morelos, Guerrero y el Estado de México, lugares en donde los sujetos se aprovechan de la confianza y la fe de las personas que habitan en los lugares mencionados.
Además, los usurpadores de esta profesión llegan a cobrar según el sacramento católico de que se trate, podría ser entre 2 mil y 5 mil pesos por servicio.
Para que el negocio funcione, los hombres se encargan de repartir tarjetas en salones así como también establecen “tarifas” por acudir a rezar a una casa cuando una persona fallece y llegan al grado de “inventar oraciones” y utilizar “un engargolado” en lugar del misal romano autorizado para oficiar misa.
El canciller Téllez Aguilar explicó que en primera instancia, las personas que sufren el abuso y son víctima de la imposición de un falso sacramento son las que deben denunciar la conducta ilegal; por ello es que la Arquidiócesis Primada de México desde el pasado mes de septiembre decidió iniciar una campaña en contra de los falsos sacerdotes.