La falta de tecnificación son los principales problemas de una parte del sector agrícola mexicano.
Ciudad de México; México, 24 de marzo de 2022.- Las deficiencias en los sistemas de riego, en gran parte obsoletos, y la falta de tecnificación son los principales problemas de una parte del sector agrícola mexicano, al que se ve como el villano en el mal uso del agua por desperdiciarla demasiado.
“Se usan técnicas ancestrales de riego (por ejemplo por inundación) lo cual genera grandes pérdidas de agua”, dijo a Efe Eduardo Vázquez, director ejecutivo de Agua Capital, organismo que promueve la seguridad hídrica en el Valle de México.
Con motivo del Día Mundial del Agua que se celebró el 22 de marzo, Vázquez recordó la importancia de “valorar la potencial reconversión de los cultivos, porque algunos consumen mucha agua y no todos ofrecen una competitividad como productos”.
El sector agrícola es el que más agua ocupa en el país, un 76%, pero también es el que más la desperdicia.
“Otro 14% del agua se usa en ciudades, un 5% en industria y el 5% restante para generación de energía eléctrica, entonces ese 76% nos dice que hay grandes áreas de oportunidad de mejora”, señaló Vázquez.
Agregó que de alguna manera los incentivos para el uso del agua en el campo reflejan un desequilibrio porque muchos agricultores no pagan por el uso del agua y por otra parte tienen subsidiada la tarifa eléctrica, “además de la ineficiencia de muchas prácticas”.
Aunque los porcentajes de agua utilizados en las ciudades y en la industria son bajos “no por ello no existen oportunidades de eficiencia y de mejor uso del recursos”.
Tecnificación del riego
Vázquez consideró que para afrontar este problema se debe pensar en el desarrollo de capacidades de los agricultores, además de darles asistencia técnica y apoyos financieros para reconvertir los cultivos.
Sobre la posibilidad de tecnificar el riego en el campo, el especialista expuso que es un área que “ofrece, en muchos sentidos, grandes oportunidades de mejora en la eficiencia de los usos del agua, lo que ayudaría a poder utilizarse para otros usos”.
Un agua con un nivel de tratamiento adecuado puede liberar grandes volúmenes para otros usos. El primero sería en ciudad o en la industria para luego utilizarse en el campo”, apuntó.
Esto ayudará, señaló, a que “no se sigan sobreexplotando los acuíferos y las fuentes de agua superficial”, sobre todo, después de “la sequía tremenda” de 2021.
Este panorama, dijo Vázquez, “obliga a los tomadores de decisiones, de todos los sectores, a adoptar mejores políticas y a generar mejores esquemas de gestión del agua y en el caso del campo promover una mejor tecnificación del riego”.
Venta de oportunidad
Por su parte, el presidente del Consejo Consultivo del Agua, Raúl Rodríguez Márquez, explicó a Efe que “entre los usos consuntivos del agua el más importante y el que más consume es el sector agrícola“.
El uso consuntivo (con consumo) del agua es cuando el agua, una vez usada, no se devuelve al medio donde se ha captado o no se devuelve de la misma manera que se ha extraído, mientras que en el uso no consuntivo (sin consumo): el agua utilizada es devuelta posteriormente al medio del cual ha sido extraída.
Rodríguez Márquez sostiene que por ello es importante ver ese problema como “una ventana de oportunidad para mejorar y hacer más eficiente el sistema de riego del sector agrícola, sobre todo de los pequeños y medianos agricultores que no tienen los recursos necesarios para tecnificar”.
Para ello, consideró necesario ayudarlos con programas del Gobierno federal para modernizar sus sistemas y generar una gestión más eficiente del recurso.
“No es solamente que se haga más eficiente sino que se desperdicie menos”, añadió.
Datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el sector de la agricultura y la ganadería en México utiliza más de dos terceras parte del agua disponible en el país, y de ese total el 57% se desperdicia debido a la deficiente infraestructura de los sistemas de riego por estar en mal estado, fugas y/o por obsoletos.
Además, las pérdidas por infiltración y evaporación ascienden a más de 60% del agua almacenada y distribuida para fines agrícolas, según la Conagua.