El objetivo del menor es vender los dibujos que él hace a mano para así contribuir al gasto familiar y tratar de evitar que su madre trabaje mucho en la calle y se contagie de covid
Ciudad de México, México, 17 de marzo del 2021.- Con el gran amor que solo un hijo es capaz de tener por su madre, el joven Samuel se dedica a vender los dibujos que él hace a mano para así contribuir al gasto familiar y tratar de evitar que su madre trabaje mucho en la calle y, peor aún, se contagie de Covid.
El caso de Samuel Andrés Mendoza se ha vuelto novedad pues representa el esfuerzo diario de los venezolanos por tratar de salir adelante pese a la interminable crisis económica en la que están sumidos y pese a la pandemia.
“Hola, soy Samuel. Vendo mis dibujos a un dólar para ayudar a mi mama con mi dieta, comprarle una casa y una bodega para que no trabaje en la calle y se enferme de covid y comprarme una mantequilla de maní para mí, gracias señor y señora”, tuiteó junto con las fotos de cuatro dibujos. Su tuit se volvió viral, y desde esta mesa con un mantel tejido, colocada entre un sofá gastado y una nevera oxidada, ha dibujado y vendido decenas de ilustraciones.
“La verdad, yo no sabía que iba a dibujar así, pero ha pasado el tiempo y he logrado pintar de verdad”, dijo Samuel, de 14 años, a principios de marzo, mostrando con orgullo su dibujo terminado de Goku, un personaje de la serie animada japonesa Dragon Ball. “Y aquí está.”
Los esfuerzos de Samuel no han pasado desapercibidos para el artista y muralista venezolano Oscar Olivares, que dirige una academia de arte, vio los tuits de Samuel y le otorgó una beca para estudiar dibujo. Sus seguidores en las redes sociales también le han regalado una computadora portátil, un costoso juego de lápices de colores y mantequilla de maní, una buena fuente de proteínas.
El pequeño dibujante dijo que podría aumentar los precios de sus dibujos ahora que ha avanzado de nivel en sus clases de la academia. Le gustaría hacer vídeos al estilo de YouTube sobre videojuegos cuando sea mayor.
Él, su madre y dos hermanos viven en Barquisimeto, una vez una próspera ciudad agroindustrial, localizada a unas cinco horas al oeste de la capital venezolana. En un país donde los trabajadores ganan un salario promedio de dos dólares al mes, sus dibujos pueden marcar una gran diferencia en el presupuesto familiar.
Samuel también tiene síndrome de Asperger, que según Rodríguez le causa ansiedad, que lo lleva a buscar refugio en la comida.
Antes de que el tuit de Samuel se hiciera viral, su madre usó su propia cuenta de Twitter para solicitar un empleo. Eso le dio un trabajo de limpieza y alguien abrió una cuenta en línea de recaudación de fondos para ella.
Yucatán Independiente